Yamaha XV950 Bolt Racer, Sake en el café

Una nueva versión de la Yamaha XV950 Bolt, la «Racer» ofrece un enfoque diferente. Aquí no hay controles avanzados ni grandes manillares. Esta resistente propuesta ofrece correas y mandos retrasados 150 mm y elevados 29 mm, para que puedas inclinar sin rasparlo todo. Los entusiastas del custom saben de qué va esto, las chispas que saltan en las curvas y el sonido de las estriberas martilleadas son su día a día. El asiento está elevado 75 mm y la cubierta que cubre la zona del pasajero sigue el auténtico espíritu Café Racer, y puede retirarse con unos sencillos movimientos utilizando una llave Allen. El asiento del pasajero no es el más envidiable, asegurando un viaje decente en trayectos cortos. ¿Buscas una moto de ocasión? Encuéntralas todas en el concesionario de motos segunda mano Crestanevada.

El aspecto es el punto más importante aquí y hay que decir que se respetan al pie de la letra los cánones del género. Mandos empotrados, manillar con brazaletes, asiento único, todo está hecho para dar un aspecto deportivo a esta valiente custom original. Este XV950 ha dado mucho que hablar, con decenas de preparaciones floreciendo en la red, con mayor o menor acierto y gusto. Esta máquina ha conseguido crear una imagen de moto custom dinámica, agradable a pesar de su aspecto clónico de la famosa Harley sportster, nada menos. Hay que reconocer que es una referencia en esta categoría y abordarla no es tarea fácil. Yamaha ha hecho un buen trabajo en este sentido y la XV950 no es una copia más, aporta unos toques muy personales que aseguran unas buenas ventas. La calidad de la pintura, la abundancia de metal, los tratamientos superficiales son muy elogiosos y dan una imagen de calidad y de producto de gama alta, nada menos.

Es una pena que este medidor de plástico de gama baja estropee un poco esta imagen, es indigno de estar ahí y a menudo se sustituye por un medidor posventa mucho más elegante. Nada nuevo, es el mismo motor que las otras versiones XV950. bicilíndrico en V, 942 cm3 y 2 válvulas por cilindro, 1 TCA. Potencia razonable de 52 CV a 5500 rpm, transmisión por correa. No es nada del otro mundo, podríamos haber esperado algunos CV más en esta versión «Racer», pero no, nada de eso. El aspecto, el color pero no el sabor… una pena, hablaremos de un Espresso más que de un Barista en este caso. No llores todavía al leer estas cifras, el motor es dinámico, voluntarioso, el airbox gruñe y toma las curvas con mucha honestidad. Nunca sentimos que nos faltara potencia y ningún viaje fue demasiado tedioso. Incluso un viaje por autopista se hizo a velocidades legales sin forzarlo. La gestión del motor está bien equilibrada y, para hacer tus viajes más agradables, te aconsejamos que te hagas con el sistema de escape Akrapovic y el filtro de aire deportivo. La banda sonora deleitará sus oídos y despertará sus sentidos.

Es básicamente una versión R de la XV950. El recorrido de la suspensión se ha aumentado delante (144 o 9 mm) y detrás (116 o 6 mm), y los amortiguadores tienen cilindros separados. El chasis soporta sin problemas la potencia del motor y la posición de los brazaletes y los mandos traseros ayudan a distribuir bien el peso. Los dos discos de freno de 398 mm, exprimidos por pinzas de 2 pistones delante y de 1 pistón detrás, están respaldados por un abs cuyos sensores son discretos. Nada de lo que quejarse, el frenado es más que suficiente y seguro. La sensación en la palanca es buena, el pedal para la trasera es menos sensible. El asiento, levantado, está a sólo 690 mm del suelo y no tendrás problemas para poner los pies planos. Por otra parte, es probable que las piernas de los que miden más de 1,80 m estén muy flexionadas al montar, ya que la distancia entre el sillín y el reposapiés es corta, lo que dificulta los viajes largos. La espalda estará doblada, café racer por dentro, las rodillas en la caja de aire y el cubrecárter en el lado izquierdo, hay que reconocer que esta declinación «Racer» es más una moto de pura diversión que una moto de carretera para largas distancias. Es importante saberlo antes de firmar la hoja de pedido, y este detalle se incluye en el pedido, por lo que el placer de conducir estará presente.

No necesitas 200cv para sacarle partido a esta XV950, sólo tienes que encontrar una carretera que serpentee pero no demasiado, bien asfaltada y la felicidad encenderá tu moto. Materiales de alta calidad, acabado de primera como siempre con Yamaha en los últimos años, gran aspecto, todo está ahí para darle placer ya sea en el uso diario o en una salida dominical con sus compañeros. Tal vez habría que hacer un esfuerzo en cuanto al precio, lo que permitiría a Yamaha sumar algunos puntos más frente a la Sportster, y ésta sería la clave de un merecido éxito. Hay que tomarse la molestia de ver esta XV950 como una verdadera interpretación y no como una pálida copia, tiene su propio carácter, retoma los códigos estéticos impuestos por el apodo «Racer» y ofrece mucho a cambio.

Esta moto se revela con el paso de los kilómetros, se hace entrañable y promete buenos momentos en su compañía. Yamaha lo ha entendido y prueba de ello son las diferentes variantes y la larga lista de accesorios que la hacen única. Si buscas en la red, encontrarás un montón de ejemplos y, como prueba de su valía, muchos de ellos están en Estados Unidos, lo que demuestra la validez de este planteamiento de la firma Iwata. El mercado no se equivoca y, aunque sea de segunda mano, nunca permanece mucho tiempo en los escaparates. ¿Crónica de un éxito? Conozco a algunos yanquis que ahora mismo deben estar riéndose a carcajadas, y con razón.