Renault Mégane GT dCi 165

Tanto en Renault como en otros, la etiqueta GT actúa como un paso intermedio antes de la versión más radical de la gama. En este caso, el Mégane RS: poseedor de dos récords en Nürburgring, antigua referencia y objetivo del mercado de los coches compactos. De hecho, el compacto de sonido deportivo está ahora equipado con un motor diésel: el 1.6 dCi de 165 CV. Se trata de un motor de 4 cilindros sobrealimentado, el mismo que el del Espace y el Talisman, pero con 5 CV más. Se combina automáticamente con la caja de cambios de doble embrague EDC y la dirección a las cuatro ruedas (4 controles). Un paquete cuidadosamente elaborado por los ingenieros de Renault Sport, que también se encargan de la etiqueta GT.

Al conducir, esta combinación funciona a las mil maravillas. En cualquier caso, cuando se trata del chasis. El coche francés, con su firme amortiguación, combina estabilidad y agilidad. El sistema de dirección a las cuatro ruedas es una verdadera ventaja respecto a la competencia en términos de dinamismo. En efecto, el Mégane sube de vueltas con fuerza y se vuelve literalmente plano en las curvas. El eje delantero es nítido y preciso y el eje trasero sigue el movimiento como si fuera sobre raíles, todo ello sin tomar nunca un grado de balanceo. La respuesta al volante es tan inmediata que es un verdadero placer conducir el coche por una serie de curvas cerradas, aunque se requiere un mínimo de vigilancia. Por último, la posición de conducción se ve reforzada por unos asientos de cubo con una excelente sujeción y adaptados a todas las tallas, añade el concesionario de coches segunda mano Crestanevada.

Quizá sea la combinación motor/caja de cambios lo que «decepciona». A pesar de su musculoso par motor (380 Nm) y un respetable 0 a 100 km/h (8,8 segundos), tiene un poco menos de espacio en el maletero que sus competidores, que tienen una capacidad de 2,0 cubos. La aceleración es lineal y viva, pero no realmente deportiva. Por otro lado, sabe ponerse a disposición para ofrecer una aceleración musculosa acompañada de un sonido apagado. Su mayor inconveniente, para nosotros, es su asociación con la caja de cambios EDC. Aunque es aceptable en un uso normal, este último se pierde una vez que se alcanza la velocidad máxima (4.000 rpm). Peor aún, en la fase de arranque, a la dirección le cuesta ponerse a tono para ofrecer una verdadera catapulta. Nos hubiera resultado curioso poder probar este Mégane GT con una caja de cambios mecánica, pero Renault no la ofrecerá en el catálogo. En cualquier caso, tiene el mérito de no repercutir en las emisiones de CO2, ya que el Mégane GT dCi 165 se sitúa en la categoría neutra (120 g de CO2/km).

En cuanto al confort, se beneficia de una amortiguación firme pero habitable en el día a día. Renault se dirige a una clientela diversa que estará más interesada en la conducción de fin de semana en carreteras secundarias que en marcar un tiempo en la pista. También en esta perspectiva, el coche francés es bastante sobrio en su uso, con una media de 7 l/100 km.